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El fútbol es algo más que números. Porque si nos tocara realizar un balance de la jornada estrictamente estadístico, el análisis sería algo diferente al que vamos a hacer. Porque la realidad numérica indica que el Yeclano sigue a mucha distancia de la zona de play-off y que se pasa una semana más sin recortar al cuarto clasificado.
Pero la realidad futbolística, siendo fría estadísticamente, se palpa desde el sábado con otro brío. Con un gran golpe de efecto, la victoria ante el Real Murcia-Imperial, único invicto en categoría nacional, ha devuelto el respeto a los azulgranas. Y eso, sumado a la seriedad, cohesión y dinamismo que ofrecieron los jugadores en la primera tarde de Tomi, suponen indicios de voluntad de recuperación del prestigio perdido.
Los rivales mineros más inmediatos ya están a tiro de sorpasso. La Deportiva Minera ganó por la mínima para salir de su buclé perdedor, y La Unión recayó en su imprecisión casera ante un Mar Menor que sigue a seis puntos y que se erige como principal perseguidor de los cuatro privilegiados. En los altares, el Jumilla de Aquilino se viene arriba siendo el mejor equipo de las últimas jornadas y, gracias al Yeclano, se plantea incluso las opciones de rechistarle al Imperial. Y, a su vez, el Águilas sobrevive al madrugón en plenos carnavales para igualar a un Castillo que está empezando a dar señales de debilidad y parece convertirse en la diana de los aspirantes.
Habrá que ver si lo del sábado fue una libertad condicional para el apresado corazón azulgrana (como ya pasó la última campaña en 2ªB con un 0-3 en La Murta al entonces líder Olimpic) o si realmente el equipo coge confianza y continuidad para tratar de perseguir ese último tranvía llamado deseo.
