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Gabriel García: “Regreso con más ganas que nunca al terreno de juego”

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Gabriel García es un joven jugador de la Sociedad Deportiva Fútbol Base Yecla. Después de una revisión médica y una anomalía en el corazón se vio obligado a alejarse durante seis meses de su gran pasión, el fútbol. Tras su vuelta al terreno de juego quiere agradecer el apoyo recibido a su equipo, entrenadores y a todo el que ha estado a su lado en esos duros momentos. ‘Gabri’ vuelve con más ganas que nunca, pero propone las exploraciones médicas y medios durante los partidos para prevenir así las complicaciones por enfermedades en el deporte.

Gabriel, puntual y sonriente, me recibe en el complejo deportivo ‘Juan Palao’. Nos saludamos y vamos en busca del lugar ideal para comenzar nuestra charla. En el primer campo de fútbol, dos grupos de edades muy diferentes entrenan y ‘Gabri’ los observa con ilusión.  Sentados en las gradas y rodeados de balones, carreras, risas y compañerismo Gabriel cuenta que “llevo practicando fútbol desde que era pequeño. Somos tres hermanos a los que nos encanta este deporte y desde muy jóvenes hemos estado obsesionados con él. Comencé en ligas de empresa cuanto tenía siete años y fui pasando equipo tras equipo hasta que empecé en fútbol federado, primero en categoría cadete y luego juvenil”. Supe tras sus primeras palabras el alto nivel de compromiso que sentía hacia este deporte.

El tema es delicado pero Gabriel quiere que todo el mundo se entere de la lucha que ha llevado a cabo. Revisión médica, dos palabras que marcaron el comienzo de un arduo camino para este jugador pues “cada temporada viene un médico de la Federación de Fútbol de la Región de Murcia y nos hace una serie de pruebas médicas. Nos miran el corazón, las pulsaciones, tenemos que hacer sentadillas… De esta forma, comprueban nuestro rendimiento físico. En el último reconocimiento, el médico comenzó a mirarme el corazón y notó algo raro. Con todo lo que había pasado con el compañero Dani Martínez ‘Gori’ y los casos de muertes súbitas en el deporte, decidieron explorarme más para prevenir todo ese tipo de complicaciones. Tras la revisión, el médico de la Federación dijo ‘no podemos hacerte la ficha hasta que no sepamos qué tienes’”. A pesar de todo, no hay miedo en su mirada.

Gabriel relata esta batalla con el coraje de quien lucha por lo que más desea, en su caso, volver a jugar al fútbol aunque los médicos no le aseguraban si podría o no volver al terreno de juego. “Iba consulta tras consulta y me decían ‘de momento, no puedes. Tenemos que mandarte a otra prueba’. Estuve en Murcia y en Molina de Segura haciéndome resonancias magnéticas, electrocardiogramas, pruebas de esfuerzo, todas ellas para ver cómo mi corazón respondía a un nivel deportivo pues es un grado en el que al corazón se le exige más. Todas esas pruebas las adaptaron a mi nivel, para que cuando volviese a jugar, si volvía, no tuviera ningún problema”.

Al adentrarme en sus sensaciones al saber que tenía que alejarse del fútbol durante un tiempo indefinido, su expresión, decaída, anticipaba la respuesta. “Lloré. El año anterior habíamos luchado mucho por llegar a esta liga y el decirme ‘no puedes jugar’ fue muy duro. Hablé con mi entrenador y también lloré con él, mis padres también lloraban porque no podía jugar y cada vez me desmoralizaba más.  Por cada prueba que pasaba y me decían que no podía jugar, salía de la consulta con los ojos llorosos. Incluso llegué a decirles a los entrenadores ‘yo quiero jugar, me da igual el corazón, me da igual lo que me pase’. Ellos insistían en que lo primero era la salud y yo lo entendía pero que de pronto te digan que no puedes practicar un deporte con el que llevas tanto tiempo, es como un jarro de agua fría”.

Gabriel le cuenta su historia a Silvia en las gradas del Juan Palao / I. Azorín

Gabriel le cuenta su historia a Silvia en las gradas del Juan Palao / I. Azorín

A pesar de ello, Gabriel se mostraba invencible y así lo afirmó al relatar que “durante el proceso nunca pensé en dejármelo aunque sí había ocasiones en las que hablaba con mis padres y les decía ‘si no puedo jugar a fútbol nunca más, no quiero que me hagan ilusiones de que sí podré hacerlo’. Quería saber una respuesta lo más rápido posible porque cada vez tenía más esperanzas de que sí podría volver al terreno de juego y cada prueba siempre venía acompañada con un ‘no’. Esa respuesta negativa tras cada consulta médica me dolía más cada vez más”.

Pero como siempre hay que mirar el lado bueno de las cosas, para Gabriel esta dura experiencia también trajo consigo una parte positiva, el saber que tenía a su alrededor a muchas personas que lucharían con él. “Íbamos a darle a mi equipo la noticia de que no podía continuar jugando. Recuerdo que primero hablé y lloré con mis entrenadores y después todos hicimos un círculo. Andrés Yago, mi entrenador, dijo ‘comenzamos este entrenamiento con una mala noticia, Gabri de momento no va a poder jugar al fútbol. No sabemos si podrá continuar por problemas del corazón’. Al pronunciar esas palabras durante nuestra charla, su expresión denotaba que el joven volvió a revivir aquel doloroso momento. Pero, “tengo que admitir que todo el equipo, desde el primer momento, estuvo apoyándome. Subía a los entrenamientos y me decían ‘no te preocupes, seguro que no es nada’. Además, también he sentido desde el principio el apoyo tanto de familiares como de amigos. Nunca me han dejado de lado”.

Gabriel, con orgullo saca de su bolsillo una camiseta y me la muestra. No se trata de una prenda cualquiera. Es la materialización de todo el apoyo recibido. El jugador, relata su historia. “Mi equipo me dio una sorpresa durante un partido en el que jugaron en casa, recuerdo que fue contra el Real Murcia. Me dijeron ‘quédate aquí en el banquillo cuidando las cosas’ y en ese mismo momento salió al campo tanto mi equipo, el Juvenil A, como el Juvenil B, al igual que algunos padres de mis compañeros. Todos llevaban puesta ésta camiseta en la que se leía ‘Latimos contigo, Gabri’, fue una muestra del apoyo que me estaban dando. Me emocionó mucho porque pensé ‘están conmigo, quieren que vuelva a jugar’. Ese fue el momento en el que dije ‘ahora más que nunca

Gabriel muestra la camiseta de apoyo que le brindó su club / I. Azorín

Gabriel muestra la camiseta de apoyo que le brindó su club / I. Azorín

tengo que luchar, no tengo que rendirme. Tengo que crecerme más y tener esperanzas. En ese momento todavía me quedaban dos meses para saber si podía volver a jugar al fútbol”. Entendió entonces que no estaba solo.

La peor parte fue ver jugar a su equipo desde las gradas ya que “después de estar tantos años jugando al fútbol verlo desde allí es muy duro. Cuando el partido va mal y no puedes hacer nada se pasa muy mal”. Además, “también acompañaba a mi equipo a los partidos fuera de casa porque pensaba ‘ellos me apoyan, por qué no puedo apoyarles yo a ellos de esta forma’. Soy un jugador más del equipo y tenía que estar con ellos en todo momento”.

Debutar de nuevo
Tras meses entre médicos, consultas y hospitales, Gabriel asegura que “cuando fui a saber los resultados de la última prueba, estaba muy nervioso pues era la decisiva. Iba desganado pero a la vez con esperanza. Quedaba poco tiempo de liga, aproximadamente tres meses y tras el resultado de esa prueba me tocaba asumir si podría jugar esa temporada o no. El médico simplemente dijo ‘tienes el corazón rugoso, más grande de lo normal que es algo frecuente en deportistas de alto rendimiento pero no lo es en una persona tan joven’. A pesar de ello, en esa consulta me dieron el ‘sí’ pues el problema no tenía por qué afectarme a nivel deportivo. Me llevé una grandísima ilusión. Desconecté totalmente de lo que continuaba diciendo el doctor y mientras por debajo de la mesa empecé a escribirle a mi entrenador para decirle que por fin podía jugar y que fuera preparándome la ficha”. Su cara sólo irradiaba felicidad.

Seis meses después y tras más de diez pruebas superadas, Gabriel García cumplió el sueño que anhelaba desde hacía mucho tiempo: volver a tocar el balón junto a sus compañeros. “Me incorporé al grupo y aunque los entrenadores me decían que poco a poco, yo quería dar más para poder jugar cuanto antes. Me dieron el alta el martes 19 de enero y ese mismo sábado ya fui convocado con mi equipo pues la ficha ya estaba tramitada. Debuté cuando quedaban 30 minutos de partido en los que intenté demostrar todo lo que sabía. Recuerdo que mi entrenador me dijo ‘Gabriel, tranquilo que todo lo que hagas va a estar bien. Aquí venimos a aprender, esto es solamente un deporte y si fallas no pasa nada’. Yo salí a comerme el campo”. A Gabriel le brillan los ojos al recordar su gran momento.

Tras su vuelta, no quiere escuchar la palabra ‘miedo’ pues asegura “que lo dejé atrás hace mucho tiempo. Lo cambié por luchar, poner toda la ilusión y el entusiasmo posible para poder volver a jugar” Además, recuerda que “la misma tarde en la que me dieron el alta médica, me acerqué a entrenar como jugador del equipo oficial. Todos estuvieron aplaudiéndome, abrazándome y diciéndome que me habían echado muchísimo de menos”.

‘Gabri’ lleva cuatro partidos disputados, durante los dos primeros disfrutó de 30 minutos en el campo y en los dos últimos “he tenido la oportunidad de poder jugar los 90 minutos de partido y de decir ‘estoy aquí, he vuelto y vengo con más ganas que nunca’. Además, siento que ya formo parte del equipo, mis compañeros confían en mí y eso es lo que hace que me crezca más en el terreno de juego”. Me contagié de su ímpetu con tan sólo mirarlo.

Nuestra conversación va llegando a su fin pero Gabriel no quiere despedirse sin dedicar unas palabras a las personas que estén pasando por situaciones similares a la que él ya dejó atrás. “Mi consejo es que no se rindan nunca pues como se suele decir ‘si quieres algo, lucha por ello’ porque si de verdad lo quieres, llegarás a conseguirlo. Y si desgraciadamente no pueden volver a practicar el deporte que les apasiona, no pasa nada, lo importante es la salud. Ojalá no haya más casos de muertes súbitas en el fútbol, o casos como el de nuestro amigo y compañero Dani Martínez ‘Gori’. Esos hechos marcan mucho a todo aquél relacionado con el  deporte. Por ello, tanto las revisiones médicas como la existencia de ambulancia en los complejos deportivos durante los partidos ayudarían a prevenir todos estos sucesos”. El apoyo a todos estos compañeros quedó reflejado en sus palabras y su mirada.

Gabriel García, un joven deportista, luchador incansable y agradecido con todo aquél que ha estado a su lado durante estos duros momentos. No puedo más que desearle lo mejor y una larga trayectoria en el deporte que le hace feliz, el fútbol.

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