Spumaytel
Encuestas

Encuesta

¿Te abonarias al Yeclano la próxima campaña aunque no puedas ir a los partidos?

Ver Resultados

Cargando ... Cargando ...

“Podía ir a cualquier país del mundo menos al mío”

0

Publicidad
Yeclasport_Maza_Octubre2017
El aire y el frío del diciembre yeclano nos obliga a conversar en un lugar cerrado, acogedor y con un par de cafés sobre la mesa. Tres adjetivos vienen a mi cabeza cuando comienzo a hablar con Dzanin Sahuric: templanza, sabiduría y respeto. Su historia, que me cuenta a continuación, confirma mi primera impresión.

Dzanin, de origen bosnio, es técnico industrial y allí trabajaba como controlador de almacén de una mina. En 1993 llegó a España por una causa de fuerza mayor: la guerra. Estuvo seis meses “en un sitio muy triste, en varios campos de concentración; en Croacia y en Albania”. Por la saturación en ellos “nos repartieron, y a mí me tocó España. No lo elegí yo”.

Su mirada me transmite que tiene muy presente el recuerdo de los primeros días y meses tras dejar su país. “Llegamos en dos grupos, y en el segundo vinieron mi mujer y mis hijos; así que cuando vine a España lo hice yo solo”, cuenta con valentía. Los instalaron en tiendas en el camping Caravaning de La Manga, y allí vivieron durante seis meses.

El deporte, y sobre todo el fútbol corre por las venas de Dzanin, y durante su estancia en Caravaning esta pasión no tardó en aflorar. Así, además de estudiar castellano, propuso practicar algo de deporte. “Hicimos un equipo de fútbol sala y eso les gustó a los supervisores”, relata con una gran sonrisa. A partir de entonces, y al ser el organizador, comenzó a viajar por toda la Región de Murcia con cada equipo deportivo que formaron.

Pepe Ortuño, a quien Dzanin tiene un gran cariño, era uno de los supervisores y el que le propuso venir a Yecla para trabajar como monitor deportivo. Las condiciones en las que él y su familia vivían en el camping “no eran adecuadas” y aceptó. Aunque el traslado se alargó porque salió de Bosnia sin ningún documento. “El título de monitor deportivo no te lo puedo traer”, confesó a Ortuño. En julio de 1993 Dzanin, su mujer y sus hijos llegaron a la ciudad del mueble por primera vez.

Dzanin, durante la entrevista con Silvia / I. Azorín

Dzanin, durante la entrevista con Silvia / I. Azorín

La chimenea que hay a nuestro lado hace que el ambiente sea cálido, a pesar de los pocos grados que marcan los termómetros en la calle. Mientras, Dzanin relata con emoción lo “bien” que los recibieron los yeclanos, y sus primeras anécdotas en esta ciudad. “Al principio estuve trabajando como conserje; en los pabellones, en el campo del Yeclano Deportivo, pero sobre todo en la piscina cubierta”.

Entre risas, cuenta que Teleyecla fue a grabarle a ‘La Constitución’ y que cuando le preguntaron cuál era su trabajo en el Ayuntamiento dijo “concejal”, en lugar de conserje. Por sus carcajadas intuyo que pasaron un buen rato.

MONITOR DEPORTIVO

En 1996, a través de un curso de entrenadores que se impartió en Yecla, “me saqué el título y pude empezar a trabajar como monitor deportivo”. Durante tres años dio clases de fútbol sala en todos los colegios de la ciudad, y era el responsable de los campeonatos locales de estos jóvenes. En 1999 cerró su etapa con el Ayuntamiento, y abrió la de entrenador en categoría infantil y cadete del antiguo Yeclano; pasando por la de juveniles y la de sub-23 del FB Yecla. En la actualidad, aporta su sabiduría y experiencia deportiva en los juveniles del Yecla CF.

A Dzanin le gusta potenciar en sus equipos el trabajo técnico y táctico; aunque afirma que la preparación física, en función de la edad, también es un factor importante. Pero sobre todo lo que quiere transmitir a sus jugadores es “una educación deportiva basada en el respeto y en la diversión”. Sus sinceras palabras demuestran que tengo ante mí a un ejemplar entrenador.

Como técnico, durante esta campaña / Archivo

Como técnico, durante esta campaña / Archivo

“El deporte significa mucho para mí”, expresa Dzanin, quien ha dedicado toda su vida a él. Comenzó a jugar a fútbol con 8 años, y cuando tenía 16 practicó baloncesto durante uno porque “en Bosnia era un deporte muy potente”. Sólo necesitó media temporada para saber que ese juego no era para él.

El hilo musical del lugar se proclama como banda sonora de nuestra charla, y Dzanin me confiesa que ese es su otro hobbie: la música. “Me encanta escucharla porque tocarla no sé”, reconoce entre risas. Además, acompañando sus palabras con gestos me explica que en casa tiene una gran librería llena de cd’s de grupos antiguos y de su país.

Una persona arraigada a su tierra, a pesar de los más de 2.500 kilómetros que lo separan de ella. Durante los nueve primeros años “no pude volver porque vine a España como asilado; podía ir a cualquier país del mundo menos al mío”, relata. Desde 2002, cuando le concedieron la nacionalidad española, cada mes de agosto viaja hasta Bosnia con su mujer para disfrutar de los amigos, de los ríos, de los bosques, de lo verde…

‘Cercano’, ‘buena persona’, ‘bonita experiencia’, ‘diversión y deporte’, son algunos de los adjetivos y de las descripciones que pronuncian quienes durante algún tiempo han estado junto a Dzanin; un gran ejemplo en el terreno y en la vida.

Compartir.