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Hay personas a las que no puedes dejar escapar. Debes aprovechar sus breves pero intensas estancias en nuestra ciudad para que te cuenten cómo son sus vidas, y cuáles han sido los arduos caminos que han tenido que recorrer hasta alcanzar el éxito. Ramiro Martínez-Quintanilla es una de ellas.Un joven que, con tan sólo 24 años, ha vivido en Murcia, Canarias, California y Canadá gracias a su esfuerzo y pasión por el baloncesto.
La mañana es soleada y alegre, al igual que la persona que tengo frente a mí y que sonríe al preguntarle ‘por qué baloncesto’. Su primer contacto con el deporte fue “jugando a fútbol, como hace todo el mundo en Yecla”. Cuando tenía 11 años, su hermana se apuntó a un equipo de baloncesto y empezó a ir a verla jugar, después a tirar canastas en los descansos… Ramiro lo tuvo claro, dejó el fútbol y “desde entonces con el baloncesto a tope”. Una sonrisa se dibuja en su cara.
El CB Yecla fue donde comenzó a jugar. Tuvo que hacerlo con un equipo de chicas durante un año porque “no había masculino cuando era pequeño”. Tras la separación de dos entrenadores de este club “apareció el RDY, que sí tenía conjunto de chicos” y pasó a formar parte de él. Aquí tampoco tuvo agrupación todos los años para entrenar. “En Yecla juntar a mucha gente que juegue a baloncesto siempre ha sido difícil”, afirma con tristeza.
La alegría vuelve a la expresión de Ramiro cuando comenzamos a charlar del UCAM Murcia, donde empezó a practicar este deporte de manera más profesional. “Es un club que tenía equipos de todas las edades, ya no teníamos que pagar tasas por las equipaciones, entrenábamos en el Palacio de los Deportes, íbamos a muchos torneos, entre ellos, el campeonato de España…”. Así recuerda al equipo donde jugó en la categoría junior de segundo, y en la de senior de primero.
Llegó el momento de dejar la península y volar hacia las Islas Canarias cargado de ilusión, anhelos e incertidumbre. El fundador y director de la CBA, Rob Orellana, se dedicaba a ir a las canteras de los equipos para reclutar a jugadores. Ramiro todavía formaba parte del UCAM Murcia cuando le llegó una oferta de Orellana. Viajó hasta Canarias, “donde suelen estar los equipos más serios de España”, para probar unos días. Y “allí terminé”, concluye con la firmeza de quien sabe que tomó la decisión acertada.
“Era vivir para el baloncesto”, así define el deportista el plan de entrenamiento del equipo de la isla al que perteneció dos años. En Canarias, “te preparan para un tipo de juego mucho más agresivo y más rápido”, afirma Ramiro. Y fue aquí cuando, por primera vez, le hablaron de la posibilidad de jugar en Estados Unidos, y de cómo funcionaban las becas deportivas allí. “A través de la agencia GM contactaron conmigo”, cuenta agradecido. Un nuevo horizonte se dibujaba en la vida del joven.
ESTADOS UNIDOS
Ramiro hizo su maleta y, con valentía, cruzó el charco hasta llegar a California.No le costó mucho tomar la decisión porque “en baloncesto el TOP está en Estados Unidos, y cuando eres jugador lo que quieres es estar allí”. En Barstow Community College, donde pasó dos años, comenzó y terminó su diploma de Ciencias Sociales porque “allí ayudan mucho a compaginar el baloncesto y los estudios”, relata.
Con una enorme sonrisa cuenta que tuvo un gran recibimiento. La mujer de su entrenador era española, y en Estados Unidos tienen muy claro que “cuando eres parte de un equipo, también lo eres de la familia”. Por eso, “al final de un partido se grita ‘familia’;porque se intenta crear ese vínculo”. Su mirada me transmite que sintió el calor de un hogar.
Ramiro cuenta con experiencia en distintos tipos de juegos, y resalta que “nosotros flipamos mucho con el baloncesto estadounidense, pero ellos también lo hacen con el europeo”. El nuestro es más táctico y somos más tiradores, y allí son más físicos, más rápidos y más agresivos, detalla el joven. Para él, lo ideal “es un híbrido de estos dos tipos”, que es justo el juego que hay en Canadá y el que actualmente practica.
De nuevo, toca hacer la maleta. Próximo destino: Canadá. El joven explica que en Estados Unidos tienes cuatro años para jugar a baloncesto, y él gastó dos en California. Entonces, llegó una nueva propuesta; un año más si se trasladaba a Canadá. “Eso me daba la oportunidad de trabajar en mi máster”, narra. La amabilidad y lo servil de su gente ayudaron a Ramiro a apostar por este país de América del Norte.
Aprovecho su sabiduría deportiva para pedirle un consejo para el baloncesto español. “No hay que centrarse en un único tipo de juego”, responde. Nuestro baloncesto es muy táctico “y a la hora de ver los partidos eso no es algo que llame la atención”, asegura. Por ejemplo, el año pasado la Liga Endesa perdió gran parte de su público, “y es por eso”, afirma. “Además de lo táctico, también tiene que tener su punto de espectáculo”, reitera Ramiro.
REFERENTES
Nuestra conversación es relajada y amena, pero llegó el momento de la elección. ¿Un equipo mediano de la NBA o uno grande español? “Creo que iría al de la NBA”, responde con firmeza. El joven asegura que “siempre hay tiempo de volver a Europa”. Es importante “aprender, cumplir tu rol para después poder aplicarlo aquí”, confirma. Este alero especializado en el tiro tiene las ideas muy claras, gracias a referentes como “Ricky Rubio, los hermanos Gasol o los hermanos Fernán Gómez”. Tirar de la tierra es algo que gusta a Ramiro.
A pesar de la distancia es una persona arraigada a su localidad natal, y por ende al deporte yeclano que “en general, ha evolucionado muchísimo”. Aunque si de baloncesto se trata “no tanto” ya que, por ejemplo, equipos femeninos no hay “y es una pena”. La tristeza por la situación se refleja en su rostro.
No puedo despedirme sin hacerle una pregunta de la que ya sé la respuesta. “A mi madre, a mi padre y a mis amigos siempre voy a echarlos de menos”, cuenta con nostalgia. La vida de Ramiro “por ahora está en América”. Canadá es un país con “muchas oportunidades laborales” aunque este valiente y prometedor deportista tiene contactos en Inglaterra y Asia. Todavía tiene por delante dos años de beca en la Universidad de Regina. No sabe qué vendrá después, pero yo sí sé que tengo frente a mí a una persona con un presente y un futuro brillante.
