HURACÁN ADRIÁN
Por lo que tengo entendido, puede que no sea exacto, los nombres de los Huracanes que, en los meses de verano, azotan las costas de centro y norte América, son bautizados con nombres propios, empezando por orden alfabético y alternando masculinos con femeninos.
Parece que en la temporada 21/22, empezaremos por la A, de Adrián.
En los últimos días, tras la llegada del entrenador murciano, han comenzado las despedidas de los “eternos.” Al menos gran parte de los que quedaban en la plantilla azulgrana.
El capitán, David Puche, Chino, más veterano que el pantalón azul, pone punto y final tras batallar con tanta inclemencia climática.
Los Castillo, Luis y Manu, son otros de los jugadores “cocinados” en casa, que vuelan en busca de un futuro lejos del barro de la Tercera Rfef.
El Comandante Vaquero, director de una orquesta, que las lluvias de la tormenta fueron oxidando.
Víctor Fenoll, marcha rumbo Linares, atraído por la aspiración de quien ya le hizo arrasar la banda derecha de “La Constitución”.
Fran Martínez, un muro que, pese a los problemas de fragilidad en sus bases, encontró la confianza necesaria para ser “muro de carga” de una legendaria construcción.
Pedro García al Hércules, Cristian Perales a Talavera, Fortes o Karim son otros que también se han despedido del club y afición. Tampoco jugará de azulgrana Gastón que va a Lleida y por la calma que hay en torno a sus nombres, todo hace indicar que Carlos Felipe, Iker Torre, Alberto Oca, Ayoze, Zambrano, Gianni o Brian también formaran parte del recuerdo, generando en el aficionado el grado de incertidumbre que existe cuando enfrentas un futuro tan novedoso.
Viendo los nombres que están comenzando a llegar, pero sobre todo, viendo la tranquilidad y confianza con la que Adrián Hernández y su cuerpo técnico está trabajando, desde el mismo ojo del huracán, puede que cuando el colegiado de inicio a la competición, allá por el 5 de septiembre, apenas reconozcamos al equipo azulgrana, pero tal vez, cuando se marche agosto vayan calmándose los vientos y el Huracán Adrián, se haya convertido en una tormenta de verano, de esas que refrescan el ambiente y cuando vuelve el sol, hacen brillar las viejas ciudades del Caribe, generando una luz única, separando un luminoso pasado de un presente prometedor y un porvenir deslumbrante que nos haga no apartar los ojos de este Yeclano Deportivo, durante toda la temporada.