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Alba Gandía ha sido una de las grandes alegrías de la pasada temporada para el deporte yeclano. La jugadora del Roldán FSF no ha dejado de crecer en la pista desde que hace ya cuatro temporadas buscó suerte en la pedanía de Torre Pacheco. Pero la suerte no es un factor determinante en la carrera de Alba. El esfuerzo, la condición, la técnica y los grandes sacrificios que ha tenido que afrontar la convierten en un ejemplo en el que se deben mirar todos los jóvenes deportistas que luchan por un sueño. El suyo era jugar en primera. Ya lo ha conseguido. Pero no se detiene. Alba quiere más. Hace algunas semanas mantuvimos un encuentro con ella en la que nos contó de todo. Sus inicios, su vida en Roldán y su futuro. Dijo antes de la entrevista que era tímida. ¡No paró de hablar en ningún momento!
Pregunta: ¿Porqué fútbol?
Respuesta: Empecé por que a mi padre siempre le ha gustado. Jugaba en un equipo y yo iba a verlo. También a mis primos. Me viene de familia. Siempre me gustó y cada Navidad, un balón ¡y una equipación del Madrid! (risas). Desde pequeña me juntaba más con chicos, eso de las Barbies a mi… Empecé en una liga en el colegio. Luego jugué en Joype (liga local) donde ganamos varias ligas. Más tarde me seleccionó un equipo del Yeclano para jugar varios amistosos.
P: ¿Y cómo das con el fútbol sala?
R: Yo quería jugar a fútbol. El fútbol sala no lo conocía. Ni a Hispania todavía. Ya con 12 años no me dejaron seguir jugando. Me pillé un cabreo porque si quería seguir me tenía que ir. Pero empecé en Hispania y parece que les gusté y jugué en el infantil. Ahora es lo contrario. Prefiero fútbol sala a fútbol ‘once’
P: ¿En qué momento decides que quieres dedicarte al fútbol sala como lo haces ahora?
R: No lo se. Ya desde infantil empecé a disfrutar jugando con las amigas, con los viajes… Se juntó un poco todo y me di cuenta de que era lo que quería hacer, lo que me divertía. Ahí fue cuando ya la Selección Murciana me llamó, en mi segundo año de infantil, los dos de cadete y hasta el primer año de juvenil. Y en esa última etapa Roldán contactó conmigo.
P: ¿Cómo lo hacen, cómo llaman a tu puerta?
R: Vinieron aquí a Yecla a hablar conmigo. Me dijeron que querían que jugara allí, para el equipo de segunda división y luego a ver cómo salían las cosas. Ese mismo verano hice las pruebas con el Levante UD para fútbol once, para el equipo femenino. Y me cogieron. Aunque el día de las pruebas tuve un esguince pude hacerla después. Tenía las dos opciones: fútbol sala en Roldán o fútbol once en el Levante.
P: ¿Y cómo te decides? Debió ser complicado
R: En fútbol sala yo ya tenía un nombre, era conocida. Y en ese momento ya me gustaba más el fútbol sala. También Roldán estuvo mucho tiempo detrás de mi y me quedé con ellos.
P: ¿Tu familia qué te decía?
R: Que lo que yo quisiera. En Valencia tenía familia, que me habría puesto las cosas más fáciles. Decidí Roldán e hice una prueba. Estábamos 40 y me cogieron. Empecé en el de Segunda pero también en el juvenil. Mi padre me llevaba tres días a la semana a entrenar y los fines de semana que podrían ser dos días, para jugar en el de Segunda o en el juvenil.
P: Y apenas una temporada después, empiezas a ir con el primer equipo…
R: Ese mismo año me llamó la Selección Murciana Sub’17, que fui capitana, en Cádiz. Y quedamos campeonas. Poco a poco me fueron llamando para ir entrenando con el primer equipo en febrero hasta que en las últimas tres jornadas de liga debuté.
P: ¡Debut! ¿Y cómo fue la experiencia entrenar con las del primer equipo día a día?
R: Yo soy muy vergonzosa… -¡se te nota!- (risas). Cuando llegué a Roldán no hablaba con nadie. Si conocía a alguna de entrenar con la selección y los viajes. Poco a poco fui hablando un poco más y cuando conseguí soltarme con las de Segunda tuve que ir a entrenar con el primer equipo. Así que vuelta a empezar (risas). Pero me costó poco.
P: Ese salto de calidad en el primer equipo se nota… ¿Te encontraste cómoda entre ellas?
R: Sí, si se nota. Y sí. Me trataron muy bien las compañeras, el entrenador. Me sentía cómoda.
P: ¿Y cómo procesas ese momento en que te dicen “vas a debutar con el primer equipo”?
R: Estaba en casa. Viernes por la noche. Y me llamó mi entrenador de segunda: “Alba, me acaban de decir que te vas con el primer equipo a Galicia”. Y yo: “¡¿Pero qué dices?!”. Tenia que salir esta misma noche, a las dos de la mañana. Había hecho viajes con el segunda división pero nunca como aquello. Llego allí al autobús y todas ya iban preparadas para esos viajes largos, cada una con su almohada y su manta y yo sin nada (más risas).
P: Se trata del debut contra…
R: Ourense. Perdimos 4-2 o 4-3, no me acuerdo bien, y jugué unos cuantos minutos en la primera parte y otros tantos en la segunda.
P: ¿Eras consciente en ese momento de lo que estabas consiguiendo, debutando en la máxima categoría?
R: ¡No! De pequeña pensaba “¿Y si algún día llego…?”. Pero yo solo pensaba en jugar.
P: Pero no todo fue rosas ese año. Cuando acabó, ¿Qué pasó?
R: Mis padres me dijeron que así no podían seguir. Que costaba mucho dinero y mi padre tenía que descansar de tanto viaje y tiempo en la carretera. Hablamos con el club y nos dijeron que contaban conmigo. Me instalaron en un piso allí pero claro, yo era menor de edad todavía. Me tenían que buscar un tutor porque mis padres se quedaron en Yecla. Me costó tomar la decisión.
P: Seguramente la más importante de tu vida.
R: Yo quería jugar y allí me daban la oportunidad. Pero el primer año fue muy duro. Muchas noches llorando, sola. Que yo estaba acostumbrada a mis padres, que ‘soy de ellos’ mucho. No sabía ni hacerme de comer.
P: ¿Ahora ya si?
R: Si, ahora si, ya es el segundo año (risas). Tampoco conocía a mucha gente. A compañeras sí, pero que la mayoría no son de Roldán, sino de pueblos cercanos y no vivían allí. En las vacaciones de Navidad llamé a casa una noche a casa diciendo que me volvía. Pero hablé con ellos y me dijeron que pasara las vacaciones en casa y al volver a Roldán de nuevo ya decidiría si quedarme allí o no. Pero al final seguí para adelante. Eso fue el primer año. Ahora ya en mi segundo año he estado de entrenadora en el colegio dos días a la semana, también con las alevines de la escuela de Roldán…
P: Tu vida es fútbol…
R: Estoy todas las tardes en el pabellón. Más los entrenamientos. Ya he conocido a más gente y este año he estado súper bien.
P: ¿Cómo es tu día a día en Roldán?
R: Estuve haciendo un grado medio pero tuve que dejármelo. Autobús todos los días. Era de deporte, tenía que hacer senderismo, bici… Y las piernas no me daban para tanto. Ahora por las mañanas hago las cosas que tengo que hacer por el piso y ya por las tardes, al pabellón. También ayudo al entrenador que llevaba el juvenil y el cadete en sus entrenamientos. Me enseñaba cosas, que yo también quiero serlo en el futuro. Y luego entrenaba, que el año pasado era con el juvenil, el segunda y el primer equipo…
P: ¡¿Cómo diablos lo hacías?!
R: Ahí ya me pasé… (risas). Habían fines de semana que el juvenil jugaba viernes, el primera sábado y el domingo el segunda.
P: ¿Y el lunes qué?
R: A entrenar (muuuuchas risas). Hubo un fin de semana que jugué el viernes con el segunda en Roldán. El sábado con el primera en Barcelona y el domingo en Roldán con el juvenil. La directiva este año me dijo de jugar solo con el primer equipo, pero yo les pedí jugar en el juvenil en mi último año. No los jugué todos, los que podía, pero nos salió bien…
P: Y tanto… ¡Triplete! Temporada inmejorable en el juvenil: campeones de liga, copa y de España por clubes
R: La verdad es que no (sonríe). Además que no somos un equipo normal, no entrenamos juntas. Habían cadetes, juveniles, del segundo equipo…
P: ¡Con razón! ¡Jugasteis con lo mejor de cada casa!
R: ¡Pero éramos todas juveniles! (risas) No es como coger a una del Primera. Lo que si pudimos entrenar todas juntas fue para el Campeonato de España.
P: La mejor manera de despedirte del juvenil
R: Encima hemos sido un equipo que nunca se ha dado por vencido. En liga, contra Hispania, nos jugábamos el título. Empezamos perdiendo y remontamos. En copa, lo mismo. Perdíamos 3-0 y remontamos en la prórroga. Y en el Campeonato de España en semifinales perdíamos 2-0 y terminamos ganando 2-5. Hemos sido un equipo duro.
P: Pero esos partidos contra Hispania también serán especiales para ti…
R: Claro. Yo en Hispania estaba muy cómoda. Con mis amigas, con la directiva. Pero me llegó esta oportunidad de jugar primero en segunda y luego en primera. Ahora que Hispania ha subido a segunda me han dicho que vuelva. Y me gustaría, porque es mi pueblo y mi equipo. El que me enseñó a jugar a fútbol sala. Pero en Roldán me lo han dado todo.
P: Este verano has tenido una oferta… ¿Me la cuentas?
R: Un equipo Italiano, el Real Five Fasano, se puso en contacto conmigo. Me dijeron que me conocían, que querían ficharme. Me ofrecían estancia, un trabajo y la comida. También me pagaban los viajes de ida y vuelta. Son de primera división, el año pasado quedaron quintas. Es un buen equipo. El fútbol sala femenino italiano es la mejor liga. Más conocido que aquí en España. Se les paga más a las jugadoras. Pero yo ya había renovado con Roldán. Hablé con ellos y ellos querían lo mejor para mí. Estoy a gusto allí en Roldán.
P: Tu cabeza está en Roldán y esta temporada, en el primer equipo.
R: Si. Tenemos entrenador nuevo, el que teníamos el pasado año se volvió a su tierra por temas personales. Y vuelta a empezar. Ahora tenemos una motivación más para darlo todo en los entrenamientos para ganarnos el hueco.
P: Y, ¿en lo que no es fútbol, qué hace Alba Gandía?
R: Pues aquí en Roldán tuve algunos problemas con el bachillerato, porque llegué tarde. Me metí al grado medio de Deporte como he dicho antes pero tampoco pude acabarlo. Ahora este año creo que me meteré a trabajar en el almacén de Jimbee, el patrocinador del equipo. Mi día será trabajar, entrenar y dormir (risas).
P: Pero en el futuro no te ves haciendo otra cosa que no sea fútbol.
R: Me gustaría ser entrenadora, sacarme el título. Roldán me dio la oportunidad de entrenar a los alevines, fuimos campeones de liga y copa y me gustó mucho la experiencia.
P: De momento, y con 19 años, puedes centrarte en jugar solamente
R: Ya habrá tiempo de entrenar. También me gustaría volver a jugar a Hispania, y entrenar… De momento Roldán. Estoy bien, me han dado su confianza, han estado pendiente de mi cuando era menor de edad. Se han portado muy bien conmigo.
P: Con todo lo que has conseguido, ganado y experimentado… ¿Cuál es el reto ahora?
R: Conseguir más minutos en primera. Asentarme en el equipo y crecer como jugadora.
P: ¿Y cómo te tomarías eso de ser… Internacional?
R: Eso ya sería… ¡Madre mía! (risas). Pienso “también soy joven” pero no hay muchas jugadoras de mi edad en primera división. Yo lo voy a dar todo.
P: Cambiamos los registros… ¿Qué haces en tus ratos libres?
R: Pues me gusta mucho salir con los amigos, me gusta el cine. -¿qué tipo de cine?- Las de acción, las de amor (risas nerviosillas). No me gusta nada estar parada. Me voy al Arabí con mis primos, haciendo rutas. La aventura. ¡No puedo parar!
PALMARÉS
A sus 19 años, Alba Gandía puede presumir (aunque no lo haga) de atesorar una lista de títulos y triunfos impresionante. Lo de dar patadas a balones desde que era benjamín, etapa en la que jugaba con chicos de su edad, le ha permitido acumular títulos en todas las categorías. Unos triunfos que podemos recordar ya que su padre ha ido anotando cuidadosamente paso a paso su ya extensa trayectoria.
Dos ligas y dos copas para empezar en liga local de fútbol base con Joype. Tres veces Campeona de España y un subcampeonato con el combinado Regional. Dos subcampeonatos de liga juvenil ya con Roldán. Y culmina todo este palmarés con el ‘triplete’ que logró el juvenil de las Torre Pacheco (en el que era una de las capitanas) este último curso. A todo ello hay que añadir dos premios ‘Pichichi’ y, lo más importante, el debut y permanecer en la máxima categoría del fútbol sala femenino español.