¡¡Dejad de insultarnos!!

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Debe ser que yo soy un tío muy insultable. Sí, a la gente le gusta increparme. Nada más conocerme ya me están insultando. Lo que más me llama la atención es por lo que lo hacen: por mi condición física.

A vosotros os parece normal que tu vieras a una persona con sobrepeso y le dijeras: ‘ostras tío como te estás poniendo de gordo, haz dieta o algo que vas a explotar, da ‘nosequé’ verte’. No es muy agradable  que a cada sitio que vayas en casa, en el trabajo, en la escuela… casi siempre haya alguien que se burle de tu condición física.

No está bien visto burlarse de alguien que tenga sobrepeso, eso está claro. Pero entonces,   ¿por qué si se ve bien decirle lo contrario a alguien que está muy delgado? Estamos hartos de escuchar expresiones del tipo ‘tio que delgado estás”, “yo creo que deberías comer más”, “estás esquelético, eres anoréxico, eres yonqui…” entre otros muchos calificativos de este calibre.

Lo que es evidente es que los flacos  estamos en un momento muy malo.  La gente ya no nos ve como prototipos. Es más, ahora nos insultan con improperios como esquelético, seco, ‘escuchimizao’. Además nos regalan piropos del tipo ‘tienes menos carne que un guisado de alambres’ o ‘ tienes más pellejo que un gorrión en los tobillos’.

En otros tiempos las modelos eran flacas

No sabéis cuánto añoro aquellos días en los que las modelos desfilaban por la pasarela Cibeles y eran más flacas que el palo de una escoba. Tengo que decir que yo no estoy a favor de que todas sean flacas ¡¡¡pero que desfilen todas: flacas, gordas, todas!!!

También recuerdo con muchísima nostalgia aquellos tiempos en los que el deporte español estaba de moda por sus deportistas flacos. Personas del calibre de Martín Fiz, Fermín Cacho, Raúl González  o Miguel Induráin.

Y es que en otros tiempos estaban muy de moda los chistes de gordos: ‘Este tío está tan gordo que se acuesta en la cama y se cae por los dos lados’ o ‘a esta tía es mejor saltarla que darle la vuelta’ son algunos de los ejemplos.  Ahora este tipo de frases están mal vistas, en caso de tener intención de reproducirlas inmediatamente te dicen: ‘no les digas nada, que acaba de salir de una depresión’.

Los chistes de flacos, de moda

Ahora la moda es hacer chistes con flacos. Ejemplos hay muchos: ‘Este tío está tan flaco que no tiene instentino grueso’; ‘¿Sabés cómo se dice flaco en japonés? Yonokomo; ‘Era un tío tan flaco que no daba ni sombra’; ‘Esta era una madre tan flaca que en vez de darle a su hijo leche le daba lástima’.

Y en este ambiente de persecución a los delgados ha llegado otro grupo encaminado a hacernos la vida imposible. Sí, estoy hablando de los ‘to’ ciclaos’. Tras su llegada, los flacos damos asco.

Yo voy a las discotecas y tengo miedo. Te encuentras a algunos tíos con unos ‘brazacos’ y unas espaldas que los miras desde detrás y parecen un ceda el paso. Hasta los que antes estaban flacos ahora ya pertenecen a este especie. Se compran botes de esos de asteroides –o como se diga- y se hinchan como globos.

Postdata: Yo no estoy flaco porque no coma, que yo comer, como. Lo que pasa es que todo lo que como, lo ‘descomo’

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  • David Dominguez Aguilera

    #dominguezcolaboradordelmes

  • Candy Candela

    ‪#‎dominguezcolaboradordelmes‬ Menudo crack el David Dominguez!Eso sí, está un poco flaco. 😛