El Yeclano tira una hora con superioridad en Chapin

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Ni con uno más durante más de una hora fue capaz el Yeclano de imponerse ante un Xerez mediocre y un arbitraje decepcionante y permisivo. Un equipo, sin alma ni colmillo, suma cuatro puntos de quince y pasará la semana en descenso.

En Jerez no ganó el mejor, ganó el que quiso menos perder. El Yeclano Deportivo volvió a salir derrotado lejos de casa, esta vez ante un Xerez que jugó con diez hombres durante más de una hora. El resultado (2-1) castiga a un equipo plano, desconectado y sin carácter competitivo. Pero no fue el único culpable: el colegiado manchego Sebastián Roberto Pricopi firmó un arbitraje que desesperó a todos, con las tarjetas y permitiendo pérdidas de tiempo intencionadas y excesivas. Un espectáculo pobre con y sin balón.

El partido empezó con el espejismo de quien cree tener el control. Babacar avisó pronto, incluso se celebró un gol anulado a los dos minutos por falta dudosa sobre el guardameta. El Yeclano tocaba y dominaba sin llegar, y el Xerez, que tampoco generaba peligro, aprovechó la primera que tuvo: córner mal defendido y cabezazo de Udom a la red.

Sin tiempo para recomponerse, otro despiste, otra jugada a balón parado y otro golpe: Diego Iglesias hacía el 2-0. Dos errores, dos goles. Y ni una reacción visible en el rostro de los azulgranas.

El partido parecía ofrecer una tabla de salvación con la roja a Udom en el minuto 35. Pero ni con uno más cambió el guion. El Yeclano siguió lento, previsible, jugando para atrás y sin un gramo de rebeldía. Se fue al descanso dos abajo y, lo peor, sin señales de mejora.

Cambios sí, carácter no

Los tres cambios al descanso (Puri, Asier y Fadel) buscaban agitar al equipo. No lo lograron. Sobre el césped, la actitud siguió siendo la misma: posesión sin profundidad, pases horizontales y un rival con diez que apenas sufría.

Solo un accidente metió al Yeclano en el partido: en el minuto 70, un centro de Borao lo empujó Morante en propia meta. 2-1 y veinte minutos por delante. Tiempo para creer, pero no para reaccionar.

Hasta el minuto 93 no se vio el primer disparo a puerta del Yeclano en la segunda parte. Lo paró Bloch, claro. No podía ser de otra manera en una tarde donde la falta de orgullo dolió más que la derrota.

Y mientras tanto, el colegiado seguía a lo suyo: echó a los recogepelotas de la pista de atletismo, expulsó al delegado de campo, añadió siete minutos para disimular los quince que se habían perdido y rompió el ritmo como uno más. No decidió el marcador, pero sí ayudó a desesperar a ambos contendientes.

Sin actitud, no hay identidad

El Yeclano de Chapín no perdió solo tres puntos, perdió un poco de sí mismo. Este equipo siempre se ha definido por su entrega, su intensidad y su carácter, virtudes que desaparecieron en Jerez. Nadie duda de la calidad del grupo, que suma cuatro puntos de quince, tres derrotas seguidas fuera y demasiadas concesiones a balón parado y que parece desconectado de su esencia.

No es momento de incendiarlo todo: es la jornada 5 y el margen de mejora es evidente. Pero la reacción tiene que empezar desde dentro, con el orgullo, trabajo y compromiso. Este Yeclano tiene plantilla para competir, pero necesita recuperar actitud.

El próximo sábado en Fortuna, el Yeclano será local tratando no solo de ganar. Debe trata de volver a mirar a la grada con la cabeza alta, y de hacerlo con el carácter que en Chapín se echó tanto en falta.

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