Samuel Martínez: el sueño de un yeclano en ‘la Perla del Golfo’

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Irse de casa a perseguir un sueño es complicado. Y más lo es hacerlo con 17 años para cruzar medio mundo y llegar a Dubái con una raqueta de pádel. El yeclano Samuel Martínez decidió emprender un viaje que ha estado lleno de contratiempos pero que no ha hecho más que empezar. El pasado verano se fue a los Emiratos Árabes en búsqueda de oportunidades en un mundo del pádel donde la financiación y las oportunidades de competir a nivel profesional escasean. En Yeclasport hemos hablado con él para que nos acerque a esta experiencia.

Samuel nació “con una raqueta en la mano”. Criado en una familia de deportistas, creció viendo a su hermano David Martínez jugar al pádel. Su padre, Paco Martínez, siempre ha estado ligado al deporte, y su madre, Llanos Soriano, daba clases de pádel en el Yecla Club de Tenis por las tardes. Samuel la acompañaba y se pasaba toda la tarde dándole a la raqueta y aprendiendo todo lo que podía. Algo extraño porque en Yecla nunca ha habido muchos niños que practiquen este deporte, aunque tenía el ejemplo de su hermano y de algún otro yeclano que decidió iniciarse en este mundo antes que él: De competición de pádel en Yecla está Ricky, el hermano de la tenista María José Martínez, que fue el primero en competir, y Bruno, que creo que ahora es profesor de Educación Física. Luego ya mi hermano empezó, mis padres hablaron con Ricky y lo federaron en Valencia”. Siguiendo sus pasos, Samuel también se federó en la Federación Valenciana y con su madre como entrenadora, antes de tener que desplazarse a Villena para entrenar. Sus padres no solo le ayudaron con la formación deportiva, sino también con el soporte económico, ya que como cuenta Samuel, “lo más difícil en este deporte es poder hacer frente a los gastos, porque viajas todas las semanas, y ¿quién te ayuda? Tus padres. Yo he tenido mucha suerte, que me han ayudado siempre en todo, pero al final hay un límite. Cuando competíamos mi hermano y yo era mucho más difícil, y también los abuelos nos ayudaron llevándonos a los torneos”. El joven yeclano ha estado presente en la mayoría de Campeonatos de España de categoría formativa e incluso en una fase previa de un mundial, que “no fue muy bien”.

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Su travesía por el Golfo Pérsico comenzó en el mes de junio del año pasado, cuando acabó el bachillerato y la posterior EBAU, y Samuel se quiso tomar una merecida pausa: “Estaba cansado y quería hacer un viaje. Conocía a un chico de Yecla que estaba trabajando allí, y me fui a Dubái a pasar una semana. Durante este tiempo conocí a un hombre que estaba creando una agencia de jugadores de pádel”. Tras esa semana en los Emiratos Árabes, Samuel volvió a Yecla, para volver a poner rumbo a Dubái poco tiempo después. “Me volví a ir, esta vez con este hombre y ya formando parte de su agencia. Estuve allí un mes entrenando con ellos y con todo costeado”. La experiencia fue tan positiva que Samuel se decidió por instalarse en los Emiratos Árabes y apostar por su carrera como  jugador de pádel, a la vez buscaba ganarse la vida como profesor de esta disciplina. “Al volver a ir en septiembre, ya competimos en dos torneos, uno en Montenegro y otro en Ajmán. Otra vez, todo esto con la agencia. Nos lo pagaban todo y estaba siendo como un sueño”. Tras esos torneos, las bodas de plata de sus padres obligaron a Samuel a regresar a España.

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Y en Octubre se empezó a torcer todo, cuando al hablar con la agencia para regresar a Dubái, le comunican que “no iban a pagar el billete de avión”. Ya estaba comprometido con su compañero de pista para la disputa de un torneo y no quería dejarlo colgado, por lo que sacó los vuelos. A pesar de todo, la agencia se hizo cargo de su estancia, pero las promesas empezaban a no materializarse y las dudas en la fiabilidad del proyecto a florecer. El punto de inflexión llegó con la propuesta de su compañero: “Me dijo que si jugábamos un torneo representando a un club nos ayudaban con los gastos y me pagaban el vuelo, y yo pensé que era una buena idea. Los de mí agencia no iban a jugar en ese torneo por lo que no había problema, pero me dijeron que si participaba me iban a echar”. Samuel no cedió ante las amenazas, pero cumplieron y lo dejaron de patitas en la calle: sin equipo, sin sitio para entrenar…y sin un lugar para dormir. Los próximos meses pintaban complicados, pero apareció un compañero de Málaga con el que había compartido pista al que Samuel le explicó la situación y que no dudó en prestarle ayuda: “Estaba sin saber qué hacer ese día y me dijo que tenían una habitación por si me quería quedar”. De la noche a la mañana Samuel pasó de estar en la comodidad de un hotel a la incertidumbre de una habitación de invitados, y lo que iban a ser unos días ahí se convirtieron en dos meses. Con la estancia solucionada, había otros problemas. Samuel comenzó a dar clases de pádel como profesor tras preguntar en prácticamente “todos los clubs de pádel de Dubái”, algo que no fue fácil: “Me gaste un dineral en taxis yendo a preguntar a todos los sitios. Les decía si necesitaban un entrenador y todos me decían que no, hasta que uno me dijo que me quedase con ellos. Yo creo que me contrató por pesado”, confiesa entre risas. Este trabajo como entrenador, sumado a un patrocinio con la marca de productos deportivos ‘Strike’, que le proporciona un grupo de entrenamiento con los jugadores representados por la marca, le permitió poder participar en algún torneo más por la zona y seguir fogueándose dentro de las pistas.  

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Llegó la Navidad, y la rutinaria vuelta a casa, pero Samuel tenía clara su intención de volver a Dubai con la idea de competir lo máximo posible: “Mi idea era empezar a dar clases en otro club, estar entrenando con Strike y competir.  A mí lo que me gustaría es jugar torneos todos los fines de semana, pero el problema es el de siempre: el dinero. Competir es mi ilusión y lo voy a conseguir. Sí tengo que estar unos años dando clases y ahorrando lo voy a hacer”. Actualmente se encuentra dando clases en el club MVPlab de Dubái como profesor. Como Samuel Martínez hay mucha gente intentando vivir del pádel este país, pero su perfil es diferente: “Hay muchos españoles y latinos, pero no como yo. La gente quiere dar clases de pádel por los salarios, pero no está interesada en competir”. El jugador yeclano achaca esto a que el núcleo de competición de este deporte se encuentra en ciudades como Madrid, Valladolid o Barcelona. Pero entonces, ¿por qué se ha ido tan lejos? Pues sencillo: “En España competir es más caro, tanto el jugar torneos como entrenar, y los sueldos de profesor son más bajos”. Y la considerable distancia a su hogar también ha generado dudas, pero su fortaleza mental ha prevalecido: “Algunas veces he pensado en volver a mi casa. Mí abuelo siempre me dice que vuelva si no estoy bien. Mis padres al principio estaban preocupados pero yo siempre les digo que me las apaño en las situaciones complicadas. También tienes que aguantar un poco cuando pasan cosas malas”. En esta aventura ha ayudado su rápida adaptación a una de las ciudades más modernas del mundo, como es Dubái: “ Al final cogí un poco la rutina. Por las mañanas me iba a entrenar con los de Strike. A partir de ahí me iba al otro club a dar clases. Y luego ya por la noche hacía algo de gimnasio. Los findes hacía cosas diferentes. Yo odio las grandes ciudades, pero es que Dubái es diferente. Todo es muy cómodo, tienes todo en un segundo y el tiempo pasa rapidísimo. Estos meses me han volado”. A pesar de su parte buena, el joven yeclano destaca también la artificialidad de ‘la Perla del Golfo Pérsico’: “A mí me gusta mucho la naturaleza y allí no hay montañas. Todo lo han construido ellos”. En cuanto al nivel de vida, indica que “los alquileres son caros, pero los salarios son bastante buenos. Lo demás, como restaurantes y tiendas, es muy parecido a España”. Samuel también ha podido conocer la increíble irrupción del pádel los países de esa zona del mundo: “Es bestial. Todo el mundo está pagando un dineral por entrenar y por jugar. Allí los profesionales de pádel son como extraterrestres. La gente está loca con este deporte”.

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La vuelta al jaleo tras las Navidades, como todo en esta experiencia, tuvo sus contratiempos. Samuel sufrió apendicitis y tuvo que cambiar sus planes para quedarse en Yecla recuperándose de la operación. Aunque unos meses más tarde, regresó con más ganas que nunca, ya con un estudio propio donde vivir y un puesto de entrenador de pádel en el club MVPLab: “Ahora estoy entrenando y dando clases, por lo que estoy muy contento. Los fines de semana compito en torneos de un día por aquí, incluso he ganado alguno. Mi intención es meterme de lleno en la competición, pero para eso aún queda”. A pesar de estar disfrutando de la experiencia y viviéndola día a día, Samuel mira a medio plazo sin cerrarse ninguna puerta: “Me he puesto el objetivo de un año, hasta el final de 2025, y luego ya veré que hago pero estoy muy contento aquí”.

Quién tiene un sueño, tiene un motivo, y Samuel Martínez lo ha tenido claro desde el principio. Nunca le han puesto las cosas fáciles, y después de tener que irse lejos de su familia y amigos, promesas incumplidas, incertidumbre y numerosas horas de avión, este vecino de Yecla de 18 años continuará, por un tiempo, su desarrollo en Dubái en busca de oportunidades en un mundo del pádel en plena expansión. 

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