Va pasando la semana y todavía ando haciendo cálculos matemáticos que expliquen cómo Pepelu llegó al segundo palo a la velocidad de la luz para aguarle la fiesta al Águilas, y sigo teniendo en la retina la imagen grabada a cámara lenta del saque de banda que José Alberto sacó, Kiki prolongó y Kun remató para darle el primer gran alegrón de la temporada a La Constitución.
Fue fútbol en estado puro, ese que tan rápido te da la gloria como tan rápido te la quita. Intuyo muy consciente de ello al bueno de Fernando García Sanjuán, que lejos de hacer una Mourinhada pudiendo afirmar que es uno de los mejores entrenadores de la historia del grupo XIII por llevar 106 puntos, 34 victorias y cerca de 70 en coeficiente de goles en una temporada y 6 partidos en esta categoría, lo imagino más, cual canción de Sabina, merodeando farmacias para preguntar “¿Venden pastillas para no soñar?”.
Porque con este espectacular arranque de temporada, conviene vacunarse contra la euforia para prevenir que, a la arrancada de caballo no le siga una parada de burro. Curioso cretino es don destino, quien al séptimo día creó como rival al Murcia Imperial en el mismo momento y en la misma situación de pleno de 6 victorias que vivimos en 2012. En aquella ocasión, Sandroni y sus promesas pimentoneras bajaron a la tierra a unos azulgranas que sufrieron después duras pesadillas hasta pasado Halloween.
Por lo tanto, una vez sacada matrícula en la primera evaluación, toca examen al equipo en madurez, constancia y astucia con la que, el domingo por la mañana en El Limonar, si desde el cielo le caen limones aprenda a hacer limonada.