Algunos dicen que la distancia hace al mito. Otros aseguran que nadie es profeta en su tierra. Y también los hay quienes advierten que se valoran más las cosas cuando ya no se tienen. Probablemente cualquiera de los tres dichos vale para parar en seco, coger perspectiva y apreciar lo extraordinario que es que un futbolista de la casa como Antonio Martínez Tormos lleve casi dos décadas dando tanto al Yeclano (CF y Deportivo).
Lo cierto es que estamos tan acostumbrados a verle ahí que no nos damos casi cuenta de lo emblemático que es. No hay campo donde salte al césped que no se escuche lo de “cuidao que el Tonete ese siempre lleva peligro”. Incluso les admito que algún que otro compañero de la prensa murciana utiliza como chascarrillo lo de “gooool de Tonete”, y que todavía algunos periodistas de Alicante le recuerdan con alguna que otra memorable machada herculina.
Sin lugar a dudas, tenemos delante a uno de esos jugadores que marcan época en el Yeclano. Es fácil imaginar a los hoy millenialsde La Constitución recordando en 2035 cual abuelos cebolletas la picardía, la astucia, la zurda y los ciento y tantos goles de aquel mítico Tonete de la misma manera que otros evocan hoy con nostalgia a los Ayneto, Gestoso, Aquilino o Javi Moreno de antaño.
Y estas semanas está volviendo a ser epicentro de los triunfos azulgranas, siendo otro de los atacantes del equipo que se suman a sub-etapas con picos de estado de gracia como ya han tenido Víctor Ruiz, Iker Torre, Iván Pérez o Javi Muñoz, quienes están aportando la pólvora necesaria para, si el Yeclano gana el domingo ante el Águilas, ser campeón de invierno.
Toca, pues, disfrutar del liderato. Pero sobre todo y ahora más que nunca, lo que toca es disfrutar del mejor Tonete.
