El Yeclano sale vivo de El Hornillo (2-2)

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El Yeclano Deportivo dio por bueno un punto logrado en dos acciones a balón parado cuando naufragaba considerablemente en la hierba artificial del Hornillo. Los azulgranas cuajaron uno de sus peores encuentros al sentir orfandad creativa ante la ausencia de Álex Vaquero y mostrarse desencajados con el primer ataque de entrenador de la temporada por parte de Sandroni, que movió demasiadas fichas en defensa para tratar cubrir los vacíos en la elaboración en el centro.

La primera mitad fue otro de esos 45 minutos que ‘ni chicha ni limoná’, con vaso medio lleno al ser sobrios en la destrucción, pero medio vacío al atestiguar tan un solo disparo a puerta en el saque de una falta de Víctor que Paco detuvo en dos tiempos.

Entre medias, otro contratiempo para la medular con otra lesión muscular que apunta a rotura de Vivanco, en cuyo relevo se apostó de nuevo por un perfil más de corte como Enrique que de creación como Elías.

El descanso se planteaba expectante para comprobar si el Yeclano iba a aprender de la salida anterior en Espinardo donde se derrumbó en la segunda parte, y no hizo más falta que tan sólo un minuto para comprobar que la plantilla azulgrana volvía a suspender ese examen.

La torrija azulgrana volvía a alimentar a otro de esos delanteros potentes, pícaros y correosos tipo Yako o Bauti, encarnado en un Campanas que primero se la hizo a Chino y después a Varela para colocar a su equipo con un cómodo 2-0.

En lo que quedó de encuentro, si es que quedó partido entre un mar de pérdidas de tiempo, lesiones y protestas, el equipo se vio con voluntad pero atascado y falto de chispa. Pero sin apenas sensación de posibilidad de remontada, y quizá guiado por el destino una vez que el inquebrantable Paco se veía obligado a dejar los tres palos, el Yeclano sacó a relucir el comodín de la llamada.

Víctor Ruiz tecleó en dos ocasiones el número del balón parado desde posiciones idénticas para que Belforti aprovechando una dejada de Iker primero, e Iván Pérez al materializar un penalti cometido sobre el propio Iker después, se consiguiera ese punto que se saborea en los momentos en los que ya no se espera nada y que sabe a derrota a un Huércal Overa mejor.

La sonrisa de Sandroni tras el encuentro delataba que éste no era un punto cualquiera, ya que va a suponer un serio toque de atención al equipo pero no acarrea enrarecimiento del ambiente semanal a siete días vista del primer ensayo de play-off frente a un Pulpileño que hoy ha bajado de la nube al Churra.

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