Qué difícil se hace contar un partido de las características del que se vio en el Chumilla en la tarde del sábado. Es que no está claro ni cómo empezar. Así que lo haremos por el final. Hispania pudo ganar. Pudo llevarse el partido ante el Loja en una última acción de Patricia a 13 segundos para el final. Pero ya era lo de menos. Habría sido demasiado épico. Y todo tiene un límite, aunque ya estaba sobrepasado con el empate.
Con lo mal que pintó el partido en el descanso. Las granadinas del Loja, terceras en la tabla y llamadas a luchar con Roldán y UCAM por el campeonato, hicieron gala de su superioridad a base de pegada y dominio sobre las yeclanas, que incluso se adelantaron en el marcador. Paula abrió la cuenta goleadora, que luego resultaría interminable. Sin embargo fue un espejismo. Nerea, con dos zarpazos, volteó el partido. Pero el Loja no perdió el hambre en una primera parte que a Hispania se le hizo eterna. Ele, Yle (con un golpeo espectacular) y Patri, la capitana, condenaron a las rojiblancas antes del receso con 1-5.
La tragedia fue mayor incluso tras la reanudación, cuando tras un primer envite de corazón de las yeclanas, Ana volvió a batir a Rebeca en una rápida acción. Lo que el cuadro visitante no sabía era que en los vestuarios hubo una conjura, que no hizo efecto en los dos primeros minutos de segunda mitad. Pero fue como la seda durante los otros 18 restantes.
Marcó Isa, recortando distancias que aún parecieron insalvables. Volvió a marcar Ángela poco después, despertando los ánimos de la grada. Para cuando hizo el segundo consecutivo, la esperanza de empatar se hizo tangible en la pista y en los aficionados, por cierto, casi 300 en el pabellón. Pero se transformó en objetivo cuando culminó su hattrick para delirio de todos. El 5-6 sorprendió al conjunto del Loja que tuvo que volver a serenarse ante la tormenta rojiblanca.
Lo consiguió anotando un tanto más, obra de Elvira, en un intento de dejar atrás el ímpetu de las Yeclanas. Pero ya era imposible. El huracán ya estaba desatado. Isa, con algo de fortuna, para qué engañarnos, volvió a hacer temblar las piernas a las andaluzas. Y Patricia fue la encargada de culminar la remontada, de esas que hacen afición al fútbol sala, femenino o masculino, da igual. Al deporte en general. A la Sociedad Deportiva Hispania en particular. Poco importó aquella última ocasión para ganar el duelo que les conté al principio. Ya dieron igual los tres puntos. La victoria, que no lo fue, se quedó en casa.