¿Sólo a entrenar?

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Hace aproximadamente un año, antes de marcharme a China a trabajar, mucha gente se interesó por los motivos que me llevaban a ello, la duración, las condiciones e, incluso, el cargo que iba a desempeñar allí. Hasta aquí todo más o menos normal. Sin embargo, más de una persona me hizo una pregunta que me incomodó, tras comentarles cuál iba a ser mi cometido: “¿Solo a entrenar?”.

“¿Solo a entrenar?”, pensaba yo. Inmediatamente, molesto, me cerraba en banda y trataba de terminar la conversación lo antes posible. Quizás mi reacción pudiera parecer algo excesiva para una duda tan inocente, pero no es el hecho de la cuestión en sí, sino el mensaje que contiene. Fue la prueba fehaciente de la escasa consideración de la que goza la labor del entrenador deportivo en España, especialmente en el fútbol.

El origen, el fútbol formativo

Nos henchimos de orgullo y nos damos golpes en el pecho cuando comprobamos que somos una de las potencias mundiales en fútbol, que ganamos títulos internacionales, que los futbolistas que salen de España son de gran calidad, que las categorías de base siguen sacando talento, y cada vez en mayor cantidad, o que todos los países reclaman los servicios de entrenadores y jugadores españoles. Sin embargo, se nos olvida que todo viene del fútbol formativo. Ahí está el germen. En otros países, el entrenador es una figura de autoridad muy respetada y profesional, por ser un experto formador de deportistas y personas. En España, por el contrario, pretendemos tener buenos entrenadores a coste cero, sin percatarnos de las responsabilidades que implica el cargo, ya que creemosque cualquiera podría hacerlo. Pretendemos que ese entrenador tenga un empleo aparte y en sus ratos libres entrene. Pero claro, también le exigimos que sea profesional, educado, que tenga una metodología adecuada, que se adapte a las nuevas tendencias, que satisfaga a cada padre y a cada niño, que gane, que juegue bien, etc.

Para entender esto hay que analizar dos circunstancias que se dan en nuestro país: la primera, que todo el mundo cree saber de todo y se confunde el tener una opinión (más o menos formada) con tenerconocimientos de algo; con este deporte, en concreto, al ser el que más afición mueve, el más practicado y el de mayor tirón mediático, se multiplica exponencialmente el número de “sabios” y “expertos” en la materia.La segunda es que hay una creencia bastante extendida (cada vez menos, pero aún muy vigente) de que todo trabajo en el que no se haga un esfuerzo físico durante ocho o más horasresulta “sencillo”. Así pues, analizando la pregunta que me realizaron desde este punto de vista, puede resultar bastante normal que no se comprenda cómo pude irme a trabajar “solamente” de entrenador de fútbol.

A todas esas personas que menosprecian o no entienden las funciones que desarrollan los entrenadores de fútbol les explicaré lo siguiente:

“Solo a entrenar” es querer que se reconozca nuestra labor formativa, deportiva y de transmisión de valores. “Solo a entrenar” es invertir nuestro tiempo y dinero en formarnos como entrenadores. “Solo a entrenar” es crear tu propia metodología de trabajo, siendo su confección un proceso continuo y sin fin. “Solo a entrenar” es leer libros y artículos de la materia y ver muchos partidos y entrenamientos de equipos que no son los nuestros, con el fin de estudiar, aprender y mejorar continuamente. “Solo a entrenar” es buscar oportunidades,donde quiera que sea, para encontrar equipos que aprecien nuestros conocimientos. “Solo a entrenar” es preparar a un equipo para que aprenda a jugar y competir en las mejores condiciones posibles. “Solo a entrenar” implica que debes ser constantemente un ejemplo para tus jugadores en todo lo que hagas. “Solo a entrenar” es comprometerte a permanecer con un grupo de jugadores dos o tres sesiones por semana más el partido del fin de semana durante una temporada completa, quitándote de otras actividades. “Solo a entrenar” incluye la planificación, preparación, periodización y puesta en marcha de sesiones de entrenamiento con las que desglosar poco a poco los conceptos del modelo de juego que se pretenden enseñar. “Solo a entrenar” es soportar el frío, el calor, el viento, la lluvia y cualquier inclemencia meteorológica, estoicamente, mientras se entrena. “Solo a entrenar” significa alinear a once jugadores y mantener contentos y comprometidos a otros once.

El entrenador como líder del vestuario

Pero es que además, “solo a entrenar” implica ganarte también el beneplácito de familiares, directiva, gente del club y aficionados; es liderar continuamente a tu equipo, sacando fuerzas de flaqueza cuando las cosas no salen bien y no permitiendo la relajación cuando todo va a favor; es sentir el apoyo de la gente cuando ganas y tragarte tu decepción en soledad cuando pierdes; es tener que obviar muchas críticas injustas, comentarios a destiempo e insolencias por parte de personas que piensan que ser entrenador es sencillo, que ellos saben más y que lo harían mejor, perodesde la grada; es tener que sacrificar buena parte de tu tiempo libre en una afición dura y difícil como esta; es hacer todo esto y mucho más de gratis o por cantidades de dinero irrisorias, que no podrían compensar ni de lejos tu trabajo ni las horas dedicadas a ello, si no fuese por la satisfacción y el reto personal.

Por lo tanto, la tarea de los entrenadores resulta harto complejaya de por sí como para que la gente se extrañe de que vaya a ser un empleo a tiempo completo al que te puedas dedicar profesionalmente. De hecho, si queremos que los entrenadores de base españoles sigan desarrollando su magnífica labor (prácticamente altruista) con los jóvenes, al menos intentemos empatizar con ellos y reconocer todo el empeño que lededican. Quizás la remuneración económica que les den desde sus clubes sea insuficiente, pero saber que los de su alrededor les respetan y colaboran con ellos en la medida de lo posible también los ayuda a sentirse queridos y respaldados. Qué menos.

Antonio Gandía. Entrenador de fútbol Nivel II

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