El Yeclano Deportivo cayó en Algeciras pero no vuelve a Yecla de vacío, sino con una lección que vale millones en el fútbol: hasta que pite el colegiado, todo es posible. Los de Sandroni supieron sufrir, rehacerse y morir con las botas puestas hasta el último suspiro. Los de Fajardo se adelantaron 2-0 en una excelsa primera mitad pero naufragó ante una inconmesurable fe azulgrana que consiguió igualar a la hora de juego cuando parecía completamente perdido. Tote dio al traste con las esperanzas de puntuar en la recta final.
Los buenos resultados conseguidos en las dos primeras jornadas permitían cierta buena expectativa en su visita al Nuevo Mirador. Pero lo cierto es que, salvo un par de envites en forma de saques de esquina en los primeros instantes, el Algeciras fue un vendaval desde los primeros compases.
Apoyados en un cuchillo llamado Choco en banda derecha, el conjunto gaditano obligó al equipo de Sandroni a parapetarse en defensa. De sus botas nació el 1-0, sirviendo un venenoso balón al área pequeña que Antonio Domínguez cabeceó a las mallas.
Lejos de relajarse, los de Emilio Fajardo aumentó el ritmo dejando noqueado a un Yeclano que achicó aguas en todas sus líneas, incapaz de rebasar el medio campo con el balón controlado. Un error defensivo provocó el segundo tanto. Abubakar habilitó a Domínguez que volvió a batir, ahora con pierna izquierda, a Serna. El drama pudo ser mayor si el mismo Domínguez enviara un libre directo unos centímetros más abajo y no lo hubiese estrellado en el travesaño.
El Yeclano no supo reaccionar durante varios minutos en los que el Algeciras quiso más. Primero con Jorge Barba, cuyo disparo supo solventar a córner el meta azulgrana que tuvo que atajar otro par de balones colgados con cierto peligro. Pero los andaluces levantaron el pie del acelerador en el último tramo. Lo suficiente para que Renato amagase con lanzar a puerta tras un afortunado rebote. Ganó la partida Lopito, que también vio cómo otro intento de Vaquero se marchaba lejos de su poste izquierdo.
Pero el gen competitivo del equipo azulgrana tenía que manifestarse. Y lo hizo tras el descanso. Sandroni apostó por los mismos once, no cambió a nadie. Y todos respondieron. La entrada al cuarto de hora de Tonete encendió la chispa que prendió Iñigo Alayeto con un misil cargado de esperanza para el Yeclano que recortó distancias en el minuto 60.
Sin solución de continuidad llegó el segundo zarpazo. Lo encarnó Héctor Camps, que era quien pasaba por allí, en un saque de esquina que equilibró la balanza. Todo cambió de repente. El equipo deprimido fue el Algeciras y el Yeclano tuvo la oportunidad, sobre todo en la cabeza de Tonete, de ponerse por delante.
Los de Fajardo recuperaron algo de energía con la entrada de Antonio López y Tote, pero la igualdad predominó hasta los minutos finales donde precisamente los dos, uno sirviendo y el otro anotando, consiguieron poner de nuevo por delante a los locales a falta de seis minutos para el final.
La sensación de remar para morir en la orilla para el Yeclano Deportivo no hizo mella en sus filas. Es más, Carlos Selfa pudo poner de nuevo el empate pero no supo aprovechar un regalo de Iker Torre y golpeó mordida una pelota que se marchó fuera en boca de gol. Los tres puntos se quedaron en Algeciras pero el Yeclano Deportivo se trae una lección para todos los que vengan detrás: nunca les den por muertos.