“Qué manera de competir, qué forma de ganar, qué estilo de jugar. Estamos ante el Yeclano más brillante de la historia siendo el mejor equipo de España. La excelencia hecha equipo. Se ve de lejos que va a pasearse en la liga, ascender, jugar la copa e incluso atisbo que puede alcanzar la Liga Adelante en un par de años e, incluso,Tonete lo mismo le quita el puesto en la Eurocopa a Diego Costa. Tiempo está perdiendo YeclaSport.com en ofrecer un poster a doble página con la plantilla una camiseta de recuerdo con sus firmas”.
Oh, wait. No parece fácil escribir sobre un equipo que suma siete victorias en los siete primeros partidos, pero tranquilidad, no me ha dado un delirio hollingan cual Roncero de provincias. De hecho, creo que cualquier plumilla que firmara un empalagoso y eufórico primer párrafo como el que he puesto sería inversamente ventajista en cuanto el equipo enlazara algo tan factible como un par de derrotas y una mala racha goleadora.
Siendo serios, la ilusión, el colchoncillo adquirido y las buenas sensaciones transmitidas no deben subirle el pavo a la plantilla ni generar grandilocuentes expectativas que acaben frustradas el día que la pelotita no quiera entrar. Hay que seguir con los pies en la hierba, sabiendo que queda un mundo y que hay que salir a morder con la misma motivación con la que, a partir de ahora, los rivales van a mostrar por vencer al todavía invicto.
La intensidad en la presión es la clave. Cuando los azulgranas bajan su frenético ritmo, el equipo se convierte en uno de los del montón de arriba y poco más. Por lo que la euforia no debe distorsionar la perspectiva de analizar que los jovenzuelos del Imperialfueron superiores en la medular, que el Águilas lo tuvo de cara en la segunda mitad y que la tempestad apaciguó a los guerreros del Muleño. Que estos triunfos sirvan para llenar La Constitución y que, frente a La Unión, el equipo y la afición estén, como hasta ahora, a la altura cuando aparecen contratiempos.