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Una vez pasado con éxito el partido trampa de Mula, fundamental para mantener la autoestima alta en un contexto en el que se podía sufrir el primer bache serio de la temporada, es momento de seguir dando pasos de gigante para conseguir el objetivo.
Y una vez llegados a este punto de equilibrio futbolístico y de ventaja numérica, dicho objetivo ya no puede ser otro que ganar la liga y buscar el ascenso con las mejores oportunidades que te facilita el ser campeón.
Para ello, se tiene que producir una serie de mini retos personales de un puñado de futbolistas para repetir el encadenamiento de picos de protagonismo que han dado lugar a conseguir con autoridad el liderazgo del grupo XIII.
En primer lugar, es fundamental que quienes están en la palestra como los jugadores top de la plantilla sigan siendo la cabeza de ratón de un proyecto consistente y sean conscientes de que, cuando algo va muy bien, es mejor no precipitarse por muchos cantos de sirena que haya, porque suele ser frecuente que los aspavientosen enero provoquen arrepentimientos en marzo y lamentaciones en junio.
Por otra parte, es necesaria la estabilidad y confianza mutua en la zona de destrucción, porque de los diez últimos partidos sólo contra el Águilas se dejó la puerta a cero y se transmitió una vulnerabilidad inusual para la veteranía y saber hacer de los Belforti, Chino, Vivanco o Rumbo.
A un Vaquero que es el alma del engranaje incluso se le puede esperar que clave dentro las muchas faltas que estalla o roza en los palos. Hay que aprovechar todavía más a Iker Torre para que siga disfrutando y supere la veintena de chicharros, y Javi Muñoz que siga su evolución en cuestiones como la potencia en el tiro o en desparpajo como se le vio en el camino Curtis.
Mención aparte merece Mourelo, que ha de materializar definitivamente su calidad y convertirse en hombre importante para meterle gasolina a la línea de tres cuartos.También Rafa que empieza ahora su campaña ya que ha tenido que alargar su particular pretemporada en su retorno futbolístico, y Elías, que ha de olvidar el tiempo perdido subiéndose a tiempo al tren con la destreza demostrada otras campañas en esta categoría.
Por último, los chavales, que una vez rodados a un altísimo nivel tienen ahora la tarea de subir de categoría con el filial para consolidar proyecto, cumplir con tanta proyección como lo han hecho cuando se les requiere y exhibir que también poseen valor añadido en alguno de los huecos posibles cual añorado retorno de Jorge Gil por las bandas de La Constitución.