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Sandroni: “El equipo tenía una identidad muy clara”

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Algunos acusan a Héctor Alejandro Altamirano Sandroni (Córdoba, Argentina, 1972) de no tener fin cuando empieza a hablar. Quizás tengan razón. Pero lo que no se puede negar es que de cierto gusto escucharle hablar de fútbol. Y además, con la emoción que atesora esas palabras que materializan los recuerdos de aquellos días. El 19 de junio del 2010 fue solamente el final. La cumbre de una montaña para un club de por entonces seis años de vida como era el Yeclano Deportivo. Un viaje que llevó de los campos de tierra de la Primera Territorial al Grupo IV de la Segunda División B. Los rasgos de aquel equipo, recordado como ‘del pueblo’, son la clave con la que hoy recordamos aquellos días. Y los recordamos con el inquilino del banquillo de aquella temporada inolvidable. 

Pregunta: Míster, han pasado ya cinco años de aquellos días. ¿Tiene la sensación de que ha pasado tanto tiempo?
Respuesta: Parece mucho más tiempo del que yo tengo la sensación. Lo tengo como si hubiese sido ayer. Se unieron muchas cosas. Nació Carla, mi segunda hija… Un trabajo de muchísima gente, de aquel equipo del Club de Tenis que salió de donde no había nada. Y como dice Mario Benedetti: “hay que juntarse con personas te hacen ver lo que tú no ves”. Y creo que Pedro Romero vio algo. De la nada, con gente de casa, con Antonio Abellán, luego conmigo… Un trabajo de hormiguitas y que dio con aquel ascenso. Creo que nunca he visto al pueblo tan contento.

P: Fue muy curiosa la forma en que coges las riendas del equipo pocos años antes: de un día al otro pasas del terreno de juego al banquillo. ¿Cómo fue aquel momento en que te dice Romero: te toca?
R: A mi con Pedro me une una amistad prácticamente desde que llego de Argentina. Se tiró a esa bendita locura del Yeclano Deportivo, desde Primera Regional. Y al cabo de ese año me pide volver al equipo. Yo acepto siempre que el entrenador no tenga problemas. Estaba sacándome el nivel 3 de entrenador, porque era lo que quería ser. Volví a sentirme futbolista en Preferente y ascendimos a Tercera. Luego pasó lo que pasó. Nos faltaban muchas cosas.

Sandroni, en una rueda de prensa como técnico azulgrana / P. Aguilera

Sandroni, en una rueda de prensa como técnico azulgrana / P. Aguilera

P: Es que era muy ‘verde’ ese equipo de Tercera…
R: Si, muy verde. En una época donde había mucho dinero. Época de ladrillo que tanto ‘dimes y diretes’ dio después. En ese sentido Pedro fue muy adelantado porque tiró por la gente de casa. Creo que en las primeras 10 jornadas hicimos cuatro puntos y tocó el tema de Abellán. Es una apuesta personal de Pedro, me lo dijo un martes por la mañana, que si era capaz de coger al Yeclano. Le pedí pensarlo y contestarle por la noche y pasé a ser un jugador gordito y veterano a entrenador joven. El último apoyo que me dan fue de Antonio Abellán, que creo que no se le ha reconocido lo que ha hecho. Una persona que hizo algo que ahora parece fácil. Pelear en campos de tierra y volver a coger un grupo que no entrenaba. Me dijo ‘mejor tú que no otro que eche a siete u ocho jugadores’.

P: ¿Y cómo es ese momento en el vestuario en el que comunican que eres el nuevo ‘jefe’?
R: El miércoles entra Pedro al vestuario y se dirigió a los jugadores diciéndoles que ‘aquí tenéis al nuevo entrenador’ señalándome a mi, me levanté aunque no me caí de milagro (risas).

P: Y afrontas tu primera temporada, la 2007/2008. Con su pretemporada, su planificación.. ¿Cómo la afrontas?
R: Yo hablé con Pedro y le dije que íbamos a tener una temporada de transición para darle muchos partidos a mucha gente para que adquiriera confianza y perdieran el miedo a la categoría. Fuimos muy fuertes en casa. Un año en el que apareció Martínez y Chino, el año que llega Biri, Rumbo y Pepe Cuesta. Hubo partidos para Alberto, Fran… Recuerdo partidos en el que el Sangonera y el Caravaca las pasaron canutas pero para estar arriba había que hacer 80 puntos. Era muy importante ir poco a poco. Y al año siguiente si ya trajimos gente que mejorara y aportaran cosas, un nivel más alto.

P: Para afrontar el siguiente año donde se juega el primer Playoff ante el Cáceres…
R: Ese año trajimos a Pablo Box, Ángel Valdeolivas, Tomás Máiquez, José García y Juan Carlos en enero. Con esos jugadores y la experiencia de los que ya estaban. Fue muy positivo. Casi nadie había jugado playoff y competimos contra un equipo capital de provincia. Entramos como cuartos contra uno de los mejores segundos. La clave estuvo aquí en Yecla. Un partido muy bonito y con opciones y allí competimos bien con el 0-0 hasta la prórroga. Pero en la prórroga hubo dos minutos que nos costó reaccionar pero también te digo que faltando 10-15 minutos Tonete hizo una vaselina que si llega a entrar…

P: Ay lo que hubiera pasado… Pero ese playoff, más allá de la experiencia lo que se consiguió fue la semilla de ese vínculo que se forjó entre equipo y afición.
R: Ese año os leía, por ejemplo a David Castillo [nuestro colaborador], que también fue un año en el que también crecimos todos, nosotros y algunos de vosotros [refiriéndose también a un servidor], recuerdo que hablaban mucho de “el espíritu de Trujillo” en el viaje a Cáceres. No se me irá nunca esas imágenes de la gente y el equipo cantando, al igual que el pasillo de la afición tras el partido y luego del equipo a la afición. Ya se veía algo diferente en el pueblo. Se empezaba a ver una identidad clara. La gente de casa te da muchas cosas buenas, 300 o 400 personas en el campo… La gente se dio cuenta de que esa identidad no la cambiamos.

P: Una identidad que se refuerza con la llegada de nuevos jugadores ya para la temporada 2009/2010…
R: Llegó Piru, David Valdeolivas y en diciembre Javi Vilaseca, el único fichaje de invierno que hemos hecho, porque ese año tuvimos hasta cinco lesiones de rodilla: Jota, José Ramón, Tomás, Ángel Valdeolivas y Chino. Ese año era muy importante para todos, para demostrar que no eramos flor de un día. Jugar un Playoff es relativamente fácil. Repetir no. Ya eras referencia y fuera nos copiaban mucho. Y teníamos que reciclarnos. Empezábamos muy irregular pero el equipo nunca estuvo cómodo entre los cuatro primeros. Además había mucho dinero alrededor, el Jumilla, La Unión, el Murcia Deportivo… Una noche aquí, de diciembre, con nieve en el campo, perdemos 2-4 ante el Lorca y el equipo no termina de enganchar. La gente ya nos pedía más cosas, ya no éramos el equipo de los campos de tierra.

P: Y aún hubo tiempo para más varapalos antes del tremendo final de liga que firmó el equipo…
R: El partido clave llegó a falta de ocho jornadas. Perdemos ante el Pinatar 2-0 y nos quedamos sextos o séptimos a cuatro puntos del Playoff. Y recuerdo las entrevistas: el equipo ya tal, cerró la temporada… Dependíamos de nosotros, hubo alguna que otra palabra y ganamos siete de siete, entre ellos a los tres primeros. Nos metemos segundos pero de haber cedido solamente un empate el equipo se quedaba fuera, que esa era la diferencia con el cuarto. Y llegamos como tiros al Playoff.

P: Y llega el Playoff. Toca el Trival Valderas. La ida, en Madrid, ante un conjunto debutante en fase de ascenso. Un rival ante el que volveríamos a firmar ya jugar en una eliminatoria porque, a priori, el Yeclano era superior. Pero… 2-0 en un partido muy accidentado. ¿Qué cuerpo se le quedó a Sandroni?

La afición no faltó en La Canaleja de Alcorcón / P. Aguilera

La afición no faltó en La Canaleja de Alcorcón / P. Aguilera

R: Llegó el 1-0 a falta de 10-15 minutos y ocurre lo de Pedro. Media hora tirado en el suelo. Se reanudó el partido y nosotros con la cabeza en otra parte nos cayó el segundo. Hay un momento también, que es entrar al vestuario, con la gente llorando. Y los del Trival festejando como si hubieran pasado la eliminatoria. Y dije: “escuchad los festejos” como si hubieran pasado la eliminatoria. La vuelta en el bus ya habían otras caras. Durante esa semana se unió más la gente. Hubo un comunicado por parte del club pidiendo el apoyo de la gente porque se empezaron a oír comentarios de que si el Yeclano no quería subir, que si era muy caro… Nosotros queríamos subir. Nos había costado mucho llegar hasta aquí. Y en la vuelta salió lo que salió.

P: En la vuelta, se obró el primer milagro…
R: Nosotros pedimos a la afición que metiera un gol. Y metieron dos. Hablé con el equipo y ya presumimos que nos iban a meter un gol. Había que hacer cuatro. Ese año hicimos más de 100 goles pero también nos metieron muchos. Teníamos que meter cuatro y éramos capaces. De los últimos 10 partidos en la Constitución, en ocho logramos resultados que nos valían. Amigos míos me recuerdan que cuando íbamos 3-1 llamaban a la gente para que entraran al campo que habían abierto las puertas…

P: El primer gol lo mete el Yeclano pero casi al instante empata el Trival. Un GOLAZO de falta de Lozano desde 35 metros que sin embargo no mina la moral de los azulgranas. Lo que habla de la concentración del equipo…
R: Un auténtico golazo pero nos ayuda mucho llegar 2-1 [los dos de Juan Carlos] al descanso. Y luego paciencia. El equipo encontró la forma y era mucho más difícil era meter el tercero que el cuarto. Pero yo no he visto nada parecido, al público así de encima del partido. Recuerdo el partido contra el Marbella pero no fue lo mismo. Al final el gol de Tonete [el definitivo 5-1]lo metimos todos.

P: Siguiente parada: el Pájara Playas. 1-0 en Fuerteventura pero claro… Después de vivir lo que se vivió siete días antes, la calma era mucho mayor que tras la derrota en Madrid.
R: Teníamos un mochila de moral increíble. El equipo se había sobrepuesto a muchas cosas durante el año. Lo último lo de Pedro. No estaba Tomás, que era la otra opción y ponemos de lateral derecho a Rafa López. Y como si hubiera jugado ahí toda la vida. El equipo compitió pero de esto que te vas en el avión tranquilo porque allí en Yecla el Pájara Playas lo iba a pasar mal.

P: Y tanto que lo pasó…
R: Hicimos el partido más serio de todo el Playoff de toda temporada. Solo había que esperar a que el partido cayera de maduro. Con las gradas a reventar, el ambiente de fútbol increíble, con confianza para saber que no nos marcaran. Levantar un 1-0 en una eliminatoria es muy complicado pero el equipo no permitió nada. Y teniendo arriba a Juan Carlos, Tonete y Raúl que habían metido 60 goles ese año… El equipo generaba cosas. En los córners la grada ayudaba a rematar…

P: Ríete de Messi, Neymar y Suárez… Porque los tuyos no solían jugar los tres juntos en el campo.
R: Si si (risas). Y esa era una de las grandes virtudes de aquel momento, que todos juntos éramos algo. Individualmente nada. Ese equipo se supo aguantar pese a las historias que tuvimos dentro. Había un buen ambiente y no solo porque ganas, sino porque la gente era responsable. Estaba en función del equipo. Era lo primero.

P: La afición se fue subiendo al carro partido a partido. Ante el Trival hubo unos 2200-2300 aficionados. Ante el Pájara Playas échale unas 500 más… Y dos autobuses hasta Haro, La Rioja. 28 horazas de autobús que nos comimos. Recuerdo vuestras caras en el momento en que nos encontramos… ¿Cómo lo recuerdas?
R: Como que al final te dedicas al fútbol para esos momentos, no para otra cosa. Ver a gente muy cercana, que les decías “¿tú qué haces aquí?”. Amigos en coche que fueron a ver el entrenamiento en las instalaciones del Mirandés. Al final es hacer feliz a la gente. Recuerdo a mi madre llorando al terminar el partido ante el Haro. Es impagable. En lo estrictamente deportivo, tuvimos mucha suerte. Ganamos 0-1 pero igual que volviendo de Lanzarote tenía una sensación, pensaba que éste equipo aún lo tenía que hacer difícil. Pero aquel viaje fue increíble. Fue difícil bajar la euforia porque no había nada que festejar…

P: Es que todavía faltaban 90 minutos que se extendieron hasta los 120. Pero claro… Con ese estadio lleno,  y esa oportunidad, no se podía fallar.
R: Lo que no se me olvidará es estar hora y media antes del partido en el campo, abrir las puertas y en cinco minutos toda la grada cubierta llena. Estábamos cambiándonos y sacábamos la cabeza por la ventanita del vestuario… Qué ganas, qué responsabilidad. Era el último partido, en el que sabes que llega un premio de muchos años. Todos estábamos detrás empujando. Teníamos miedo a equivocarnos nosotros. Y nos equivocamos en el minuto 30. Ángel ve la roja. Porque hay mucha tensión y puede pasar. Pero el equipo se reorganizó, aunque sufrió de lo lindo. Cuando ya estábamos en la orilla llegó el 0-1. Vamos a la prórroga con Tonete cojo, que me dice “míster no puedo…”. Lo único que queríamos era llegar a los penaltis.

P: ¿Es cierto que no viste la tanda de penaltis?
R: Nunca las veo. Me fui a la esquina contraria del campo. Normalmente tira un penalti mi equipo y me doy la vuelta. Es una costumbre y yo solo escuchaba a la gente.

La celebración en el vestuario tras vencer a los penaltis ante el Haro / P. Aguilera

La celebración en el vestuario tras vencer a los penaltis ante el Haro / P. Aguilera

P: Y una vez que Vilaseca convierte el último penalti… ¿Qué es lo primero que piensas?
R: Trabajo cumplido y.. uffff (risas). Habíamos llegado a por lo que mucha gente había sudado para eso. Me fui corriendo hacia mi cuerpo técnico para abrazarnos pero el momento era de los futbolistas. Recuerdo cuando entré al vestuario me encontré a Ángel Valdeolivas llorando por la que había liado y le dije que también tenía que salir a festejar porque también sudó para llegar hasta ahi.

P: ¿Cuál crees que fue el secreto de aquel equipo que hizo historia?
R: Ya te lo dije antes. Creo que el equipo tenía una identidad clara. El Presidente, porque al final yo soy un eslabón más, lo tuvo muy claro. Dije antes lo de Benedetti. Él vio cosas que otros tacharon de locos. La directiva no falló un día económicamente. Y luego los jugadores. Pero no solo los que subieron. Sino todos los que pasaron desde esa Primera Regional. Entender que lo primero es el Yeclano. Dejar todo lo individual. La confianza, saber que nadie se iba a mitad de año. Solo hubo un fichaje a mitad de temporada en cinco años. Había un compromiso increíble.

P: Sandroni, para finalizar… ¿Volverías al Yeclano en el futuro si Pedro Romero te lo pide?
R: Yo que sé… Entrenar en tu ciudad, en tu pueblo es muy duro. Lo aprendes con el tiempo. Pedro es mi padre deportivo. Aparte del cariño que le tengo a él y a su famila. Tengo un amigo que siempre dice que hay que dejar todas las posibilidades abiertas.

 

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