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Sinceramente, es una satisfacción leer en medios onubenses advertir que el Yeclano es un lobo con piel de cordero. Evidencia el respeto que se ha ganado el conjunto de Sandroni en el primer tercio de temporada, no sólo por ir sextos con veinte puntos, sino por el grado máximo de competitividad que está mostrando el equipo.
Pero en esta categoría lo mismo rozas un empate sufridísimo en Marbella que se te cae todo en el tiempo de descuento como pasó el domingo, o contra Algeciras, San Fernando o Córdoba. No hay que irse muy lejos, exactamente a unos veinte kilómetros, para comprobar en Jumilla que un equipo revelación de la primera vuelta puede acabar descendiendo si no hace las cosas bien. Por ello, no puede haber lugar a la relajación y a la autocomplacencia ni en la plantilla, ni en el club ni en el entorno azulgrana.
Los lobos cuando cazan una presa no la sueltan, apretando sus dientes al máximo hasta que comprueban que ya no respira. Pues eso es lo que le toca al Yeclano para garantizar el desarrollo sostenible de su permanencia en 2ªB.
No sé si conocen lo que es la Agenda 2030 de la ONU, se trata de unos objetivos fijados a nivel internacional para tratar de conseguir en 2030 la sostenibilidad medioambiental del planeta. Pues cogiendo las mismas cifras, el Yeclano debe conseguir su 20 30 particular: llegar al año 20 superando los 30 puntos.
El partido del domingo ante el Recreativo de Huelva, además de ser una romántica cita ante el decano del fútbol español, debe ser otro paso adelante en La Constitución, y buscar ese reto de puntuación en partidos que valen doble ante equipos rivales por el objetivo de la permanencia como Granada B y Villarrubia, para así acudir con tranquilidad a los esperados derbis en Nueva Condomina y Cartagonova y a los turrones con el objetivo a tiro de piedra.
Que nadie baje la guardia, que el que pestañea lo acaba pagando caro. ¡A por ello!