El partido que enfrentaba al Bala Azul y al Real Murcia Imperial en el complejo deportivo de Mazarrón fue suspendido en el comienzo de la segunda parte por decisión del árbitro Alcaraz Bernal al ver amenazada su integridad física y las de sus auxiliares tras haber expulsado a tres futbolistas del equipo local.
El encuentro, correspondiente a la decimoctava jornada del grupo XIII de Tercera División, llegó a su fin de forma prematura en el minuto cuatro de la segunda parte con el resultado de empate a uno después de que el filial del Real Murcia lograra igualar de forma controvertida, pues el colegiado dio validez a un gol fantasma ante las protestas de la afición y el equipo local.
Era el minuto cuatro del segundo periodo y esa acción dio lugar a dos expulsiones en el Bala Azul, conjunto que es colista del grupo XIII y que antes había sufrido otra, por lo que se quedó con ocho futbolistas sobre el terreno de juego.
En un ambiente de crispación, el árbitro decidió retirarse al vestuario y allí permaneció hasta que dio por suspendido el choque debido a que no había presencia policial para velar por su seguridad y las de sus asistentes.