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Ya tenemos nueva temporada en marcha. Nada mejor que un domingo por la tarde con partido del Yeclano para volver a tener ese sentimiento de ritmo cotidiano que marca nuestro reloj interior cuyo equilibrio solemos perder en los días de jolgorio vacacional.
Y, a modo de entrantes, buena actuación de un equipo que se intuye bien diseñado pero que los bocetos de pretemporada presagiaban posibles trazos curvos. Si bien la palabra solidez describiría mejor que brillantez a lo desarrollado por el conjunto azulgrana ante el Plus Ultra, sí podríamos decir que lo del domingo fue reencontrarse con el Yeclano que se hace respetar y que resulta difícil de derrocar.
Reencuentro con el carácter, con el pressing total, con el orden de un conjunto compenetrado y con ese acierto que provoca competitividad. Y lo que es mejor, viendo disfrutar del fútbol a jugadores que hace unos meses actuaban cabizbajos.
Sé que está feo personalizar pese a que el meritorio hecho de que Pepelu tuviera que hacer una paradita en noventa minutos fue de todos y cada uno de los jugadores. Pero viendo la actitud en Llano de Brujas, es posible que los mejores fichajes de la segunda era Sanjuán sea la recuperación de jugadores como Agus, Rafa, Pascui o Crivi. Este último derrochaba una renovada combatividad hasta en su nuevo look, en un alarde de desfondarse por la causa como si hubiesen once Tonetes en el campo.
Sé que los lectores de este artículo estarán más ávidos de leer sobre Pucho, Joselu y cía, quienes entonaron un buen nivel. Y también soy consciente de que del goleador nato o del manejero probablemente penda el fino hilo entre el éxito y el fracaso. Pero, para empezar la temporada ‘YeclaSportera’, quería transmitir que el reencontrarse con el Yeclano de los canteranos guerrilleros y del hormigón armado me ha provocado algo que hacía muchos meses que no sentía: el deseo de que empiece el próximo partido. ¡Que no sea flor de un día!
